Este es uno de esos proyectos-lotería. No por lo que ganas en términos económicos, sino porque te hace crecer personal y laboralmente. Cuando la Fundación Xul –con la colaboración del Ayuntamiento de Córdoba-, me lo propuso no lo dudé un segundo. El trabajo consistía en contar la historia de vida de los inmigrantes susaharianos que están en los semáforos vendiendo pañuelos de papel. ¿Para qué? Para convertirlos en personas, aunque suene extraño. Tal y como reza en los tarjetones, cuando ponemos respuestas a ciertos interrogantes (¿quiénes son? ¿por qué han venido? ¿cómo viven? ¿qué han dejado atrás?) los desconocidos pasan a ser personas, con su pasado y su presente. Un rostro deja de ser «el muchacho del semáforo» para ser «John, el que flipa con el Real Madrid», o «Michael, el que toca la guitarra y tenía un grupo de música en su país».

Presentación a la prensa del proyecto Convivencias con Verónica Martos, concejala de Cooperación; Mª Jesús Botella, Asuntos Sociales; y José Castillo, Fundación XUL.
Para mí ha sido una lección de humanidad. Todos me han acogido con gran calidez y honestidad. Que alguien les escuche y tenga ganas de saber de su vida, que alguien se moleste en preguntarles su familia, sus sueños, sus miedos… es algo que agradecen enormemente, tanto o más que cuando consiguen un par de eurillos.
He encontrado optimistas y pesimistas, músicos, contables, solteros y casados, soldadores, estudiantes de ingeniería civil, escultores… Algunos muy religiosos. Otros muy conscientes de su mala suerte. Pero sobre todo he encontrado DIGNIDAD, que es lo que reclaman.
Nigeria
Todos los entrevistados son nigerianos. Consideramos que era fundamental insertar en los tarjetones un pequeño cuadro comparativo entre la realidad de Nigeria y la de España: esperanza de vida, índice de mortalidad infantil, ingresos per cápita… Nigeria es el país más poblado de África (162 millones de habitantes). Tiene el índice de analfabetismo más alto del mundo (más de 8 millones de niños y niñas no van al colegio) y está a la cola del Índice de Desarrollo Humano de la ONU. Es un país rico en petróleo y otros recursos naturales y, aún así, muy empobrecido. La miseria aprieta y muchos buscan Eldorado en Europa sin pensar, nunca, que su sueño termina en un semáforo cualquiera de cualquier ciudad española.
Os invito a leer, de corazón, todas las historias de vida de estas personas (pinchando en el nombre de cada una). Personalmente, quiero darle las gracias a John, Bobby, Michael, Abel, Stewart, Felix, Austin, Eddy, Joseph y Christopher por acogerme y abrirme la puerta de sus vidas.